Realidad hecha sueño

Ella no daba crédito a lo que le estaba ocurriendo... ¿pero qué pasaba? Se conocían acaso desde hacía más de diez años, y sin embargo, aquella noche, cuando sus ojos se cruzaron... una sensación extraña le recorrió todo su cuerpo, haciendo que su corazón galopara con más energía y velocidad de la habitual...

Cada vez que sus miradas se encontraban entre el bullicio, a veces en la lejanía, y otras, de cerca, asomaban a sus labios una sonrisa de complicidad, coqueteo y confusión... porque nunca se habían encontrado de tal manera como aquella noche...

Unas rápidas manos jugaron un instante con los dedos de ella... pero raudas, desaparecieron del marco para terminar en uno de los bolsillos de su pantalón y la otra en su copa...

La noche finalizaba y el cielo se íba tornando de un azul más claro cada vez...

Bastó sólo una mirada, tan sólo un roce, para que acariciara su alma, en el arrullo de la noche.

Finalmente, sus brazos se encontraron y sus cuerpos, despojados de sus vestidos, hallaron el éxtasis... y compartieron el cariño infinito que siempre se habían tenido, de la manera más mágica y especial que nunca hubieran imaginado...

A la soledad de sus pensamientos siempre sucumbiría su recuerdo: la de un día, la de una noche de primavera, en la que el deseo se hizo carne y la realidad se hizo sueño.