Últimamente te recuerdo más que nunca... Hace ya dos semanas que te marchaste para descansar en una eterna liberación. Miro al cielo y me pregunto si te hallas en algún rincón del mismo echándole un pulso al propio San Pedro... Demostrando esa fuerza que tenías en tu mano derecha y que la describías como "una garra"...
Tengo ganas de ir a La Carrasca, pero la pobre se encuentra en el mismo decrépito que tú en tus últimos meses... Y es extremadamente desgarrador mirar aquel paisaje con mis ojos adonde siempre se vuelven infantiles entre esos terrones, olivos, naranjos, almendros y plazoleta, y que ya están tan abandonados...
Hoy el viento sopla con fuerza contoneando las ramas de los árboles y las nubes acaparan el cielo augurando, quizás, las primeras lluvias de Otoño... Y te siento cerca.
Sit tibi terra levi.
Descansa en paz, Llelle.
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Siempre que alguien cercano se me ha ido, me ha sosegado recordar este poema de Neruda que ahora te mereces, para levantarte el ánimo...
ResponderEliminarTE RECUERDO COMO ERAS...
Te recuerdo como eras en el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.
Y las hojas caían en el agua de tu alma.
(...)
Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
¡Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.
Un fuerte abrazo...
Me ha conmovido profundamente este poema de Neruda, Andrés... No lo conocía. Y me ha llegado al alma! Me ha encantado. Muchas gracias por compartírmelo y por participar en mi blog.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
La conmoción es mía.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, Aurorita
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