Me dejaste realmente sin palabras, mi Pobrecita Habladora. Aún tintinean mis pupilas brillantes, emergiendo, en su máxima expresión, alguna que otra lágrima rezagada...
Posees una capacidad innata de captar y plasmar la esencia de las personas y de las cosas, los sentimientos, los anhelos y, en una palabra, el SENTIR de cada cual...
Realmente bellas, puras, certeras y cargadas de una empatía abrumadora, tus palabras...
Buena raíz la tuya, hermana.
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Un beso en un silencio
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