12 octubre 2010

Volar

Mi mente se dispersa a través del viento, al compás de mi alma... Ambos, unidos por un mismo sentimiento de escapar, vuelan por el cielo, entre las nubes, sorteando las ramas de los árboles, el arrullo de las hojas, las lluvias de algún monzón, las plumas de una alondra, el motor de un avión o los colores de un arcoiris...

Y así van los dos, vagando por el mundo... intentando disipar unos recuerdos empañados por lágrimas, que el tiempo espera poder distanciar hasta que no duelan...

Difícil se hace el camino cuando portas un corazón quebrado...

Sé que atravesaré esta etapa, con pena pero también con gloria... Para bien o para mal, la vida ya me mostró la manera hace algún tiempo atrás...

Pero cuánto duelen los sueños proyectados y no cumplidos... Ronda, Roma, la nieve, A ciegas, un estore, un árbol natural de Navidad, condimentar con soja, unas gafas de sol, unas gafas de ver, un parket, el aroma de una esencia, el sabor de un té en leche, los colores del otoño, el olor a chimenea, La Carrasca... Y así, infinitas cosas más que quedaron en el limbo de lo más profundo de mi ser...

Cuánto tiempo viviendo una ilusión sin esperanza...

Alcemos nuestros brazos al cielo, dejándonos inundar por la luz del sol... porque eso es justo lo que necesitamos: LUZ que nos oriente y guíe nuestro caminar... QUE ASÍ SEA.

10 octubre 2010

Despedida

Esta noche, el cielo me acompañó con sus lágrimas... Y no le di entrada a Morfeo para que me arrastrara, quizás, a un mundo maravilloso...

Mi alma, despedazada en mil teselas, se buscan unas a otras para poder reconstruirse... Una herida más para mi corazón que espera poder cicatrizar, sin que ello le impida seguir latiendo con ilusión y fuerza...

Una vez más, comienzo una nueva etapa... Así es la vida: ir y venir, bajar y subir, reir y sufrir... pero siempre SENTIR!

Dicen que los caminos del Señor son inexcrutables... No sabemos por qué nos ocurren las cosas, pero de lo que estoy completamente segura es que cada experiencia, cada vivencia, es un aprendizaje y es lo que nos hace construirnos, madurar y forjarnos como personas.

Para mí ha sido un verdadero placer acompañarte en tu camino y compartir durante este tiempo nuestras vidas...

Sé que nos espera algo grande para los dos... Hasta entonces, a seguir caminando... Y luchando por lo que queremos, sin desfallecer...

Hasta siempre.